La esfinge nos sitúa en la encrucijada, am Scheidepunkt -dirá Schelling- en el lugar de peligro. Encrucijada menta ya una decisión (Ent-scheidung, de donde Scheidepunkt, literalmente “punto de decisión”), una elección, al situarnos en el lugar del que parten varios caminos con distinta dirección y sentido: según cuál se tome, ése será nuestro destino. Quizá por ello se dice que uno está en una encrucijada cuando no sabe muy bien qué conducta seguir o qué camino tomar ante un problema: tal es la importancia de la decisión. Pero si la encrucijada es lugar, tópos, como tal menta también el punto (Punkt) desde el que pensar y meditar esta decisión. En este sentido, nuestra encrucijada tiene como punto de partida la reflexión kantiana sobre la libertad, a partir de la cual trazar las coordenadas que conducen a dos formas de hacer filosofía. Por tanto, nuestro punto de partida será Kant, y Fichte y Schelling los caminos que se bifurcan. Tal es el recorrido que se ha denominado como el doble movimiento de la libertad.
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Author Name: Ana Carrasco Conde
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ISSN: 1576-3935
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